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Fiebre Aftosa

Cuando se habla de la Fiebre Aftosa, nos referimos a una enfermedad que por su naturaleza es altamente contagiosa en los animales, la cual es producida por un virus que puede expandirse rápidamente, lo que reviste en una alta gravedad ya que puede provocar un alto número de animales enfermos, pero con un escaso indice de mortandad.

Esta enfermedad no afecta directamente al ser humano, sin embargo puede provocar graves consecuencias en la ganadería, que implica efectos negativos en la comercialización de estos, así como en los productos y subproductos derivados de los mismos, siendo común que esta enfermedad se presente en el ganado vacuno, porcino, ovino, caprino y en los camélidos sudamericanos, y tambien en otras especies de naturaleza salvaje como venados, ciervos, búfalos, jabalís, entre otros, siendo todas estas especias del tipo de pezuña partida. 

Por tanto se puede decir que la fiebre aftosa es una enfermedad viral, altamente contagiosa, que se manifiesta con ciertos síntomas característicos, como la aparición de llagas y vesículas dolorosas que tienden a aparecer en las patas, tetillas y en la boca. Ademas esta enfermedad al tener un alto potencial de propagación, su aparición significa una elevado impacto económico, que suele ocurrir en ciertas partes de Asia, África y América del Sur, pero gracias a los esfuerzos en la prevención, se ha logrado erradicarla de América del Norte, Nueva Zelanda, Australia  y en gran parte de Europa.

Esta enfermedad hizo su aparición en el Perú en el año 1910, luego de lo cual se pudo determinar en los brotes que hubo desde entonces, la prevalencia de las cepas virales A, O y C, sabiéndose que los focos de infección esporádicos detectados, se debieron a fuentes de infección que se originaron fuera de territorio peruano.

Sintomatología
Una vez manifestada la enfermedad, los animales afectados, presentan cuadros de fiebre alta, con presencia de ampollas o lesiones en la parte del hocico, patas y pezones, acompañado de un estado de decaimiento bien notorio, que tambien se manifiesta en la perdida del apetito, que como consecuencia se da una notable disminución en la producción de leche y pérdida de peso. Ademas las ampollas presentes en el hocico llegan a provocar un exceso de salivación, lo que produce un babeo abundante, lo que les impide alimentarse normalmente.

Asimismo suele ocurrir que las ampollas que le salen en las patas llegan a romperse, provocando un gran dolor que se manifiesta en una cojera bien marcada. En los animales jóvenes incluso puede haber complicaciones cardíacas. De esta manera los animales que padecen esta enfermedad suelen permanecer aislados, ya que ante el menor esfuerzo físico, suelen agitarse fácilmente y optan por permanecer echados, y de no actuar inmediatamente, aplicando antisépticos locales tanto en las pezuñas como en las ubres, se puede producir la muerte de los animales infectados de 12 a 24 horas después de la caída. De sobrevivir pueden presentar una daño permanente en las pezuñas y tambien cuadros de mastitis crónica

Vía de Contagio
La principal vía de contagio es por contacto directo entre un animal enfermo y otro sano, ya que el animal infectado tiende a eliminar el virus por la saliva, la orina, materias fecales e incluso en la leche, con lo que se contamina los pastos y el agua, que si consumen animales sanos, pueden ser contagiados con esta enfermedad.

Por tanto el contagio se produce a través de elementos contaminados como agua y productos de origen animal como carne, vísceras y leche, así como a través de subproductos como queso, cueros, médula osea y restos fetales contaminados, pero también puede producirse por transmisión aérea, mediante la inhalación. También el hombre puede ser un vector de propagación de la enfermedad, ya que si este esta en contacto con animales enfermos, puede trasladar el virus en su indumentaria, contaminando a animales sanos.

Prevención
La principal manera es adoptando estrictas medidas de bioseguridad en su establecimiento, aislando totalmente cualquier animal que haya sido contagiado, hasta su completa recuperación, y ademas las personas que tengan contacto con los animales infectados, deberán  llevar una indumentaria limpia al momento de trabajar con el resto del ganado, manteniendo hábitos básicos de higiene como lavarse y desinfectarse las partes expuestas.